Si un día, una paciente que ha vivido la experiencia de la reproducción asistida pudiera tomarte de la mano y sentarse contigo a tomar un té.
Si esa persona pudiera transmitirte todo lo que ha ido aprendiendo en los meses o años que lleva en el camino a su hijo.
Si esa persona pudiera transmitirte lo complejo del mundo en el que entras, intentando no asustarte pero sí abriéndote los ojos, quizás te diría cosas como esta:
Nena, tú vales mucho
Lo primero que te diría sabiendo esa mezcla de nervios, esperanza y miedo en la que vives, que cuando hemos descubierto que tenemos problemas de fertilidad, nuestra autoestima se debilita y nuestro paso firme en el mundo empieza a no serlo; recodar que tenemos un valor propio que no pasa por nuestra capacidad para tener hijos, es fundamental.
Potencia tu salud
Lo que viene va a poner a prueba tu cuerpo. Te vas a medicar más o menos dependiendo de cual sea la causa de la infertilidad, pero además emocionalmente también acabará afectando a la percepción que tienes sobre él. Y no lo consideras frívolo, porque cuando esto se prolonga en el tiempo, es importante estar lo mejor posible. Y un cuerpo sano y cuidado es parte de esa armonía.
Busca a tu grupo
Mira, la expresión «alguien que me entiende», va a adquirir aquí una nueva dimensión. Es maravilloso que amigos tuyos o tu familia te apoyen en todo lo que puedan, pero la mirada, la escucha y el silencio si es necesario que te da cualquier paciente que sepa de qué va esto, es imposible que te la den. Busca grupos de apoyo, investiga en Internet, atrévete a sacar el tema y te sorprenderá cuantas miles de personas estamos en el mismo barco.
Controla Internet
Pero, atención. Siendo Internet un avance tan increíblemente maravilloso, dándonos tanto y permitiéndonos acceder a tanta información de una manera tan rápida, se ha convertido para la mayoría de nosotros, en algo capaz de doblegar nuestra voluntad. Se come el tiempo, nos ponen nerviosas y nos lleva a sitios en los que lo que leemos puede darnos más disgustos que otra cosa. (Y te lo dice alguien que trabaja en esto)
Haz un viaje
¿Conoces una mejor manera de desconectar? Esta paciente que se ha sentado a charlar contigo te recomendaría que hicieras un viaje, el que puedas. No hace falta irse a la Riviera Maya (aunque si puedes…) Puede ser un camping en el valle D’ Arán, un hotel en la playa de Valencia, o quizás una semana maravillosa en Lanzarote. Es como si fuera un corte en la línea vital en la que andamos enredados.
Busca a tu ginecólogo / a
Te diría que sí, que está bien elegir a la clínica porque te la ha recomendado tu ginecólogo o porque no la ponen mal en Internet y está cerca de tu casa, pero también ella, que ya lleva mucho pasado, sabe que a veces hay que coger trenes, aviones, que hay que pasar en el metro hora y media para llegar al médico que puede tener la clave en tu caso.
Cuida a tu pareja
Ah, y algo fundamental: si empezaste este proceso con una persona al lado, alguien con el que luchar para hacer de vuestro sueño, una realidad, cuídala, ¿no? Que esto realmente tiene sentido como parte de vuestro proyecto (aunque para algunas mujeres puede acabar convirtiéndose en un camino de maternidad en solitario), pero si tienes pareja y estás en reproducción asistida lo primero es mantener esa pareja para entre los dos tener la fuerza para continuar.
Haz lo que más te gusta
Ya estás viviendo una situación lo suficientemente estresante como para ponerte el listón de exigencias demasiado alto. Es el momento de poner todo aquello que te requiera un esfuerzo extra, en modo crucero y dedicarte siempre que puedas a darte el gusto, de verdad eso que te vas a llevar por delante. Un masaje, ese viaje del que hablábamos, meditar, leer… ¡Disfruta TODO lo qua quieras!
Prepara recursos económicos
Amiga, quiero avisarte de que esto es caro. Muy caro. Tanto si necesitas ya dinero como si no, mantente alerta en qué camino podría tomar en caso de que los negativos se sucedan. Quizás tengas que pegar saltos a nivel tratamientos que todavía no puedes ni imaginarte, así es que ve guardando siempre que puedas algo de dinero. Peeeero, invierte en aquellas cosas, situaciones o gente que puede ser un soporte en tu camino y que puede significar la diferencia entre continuar o dejarlo.
Perdónatelo (casi) todo
Por último, mirándote a los ojos y dándote un profundo abrazo, es posible que con lágrimas a punto de asomar a los suyos, te diría que fueras buena contigo, que seas benévola, que te perdones esos sentimientos inesperados, esas pérdidas de control, esos estados tan bajos, tan profundos que hasta a ti misma te asustan y te hacen preguntarte ¿por qué sigues haciendo tratamientos si te estás haciendo ya daño a ti misma? Amor propio, self love, lo que tú quieras, pero QUIÉRETE.
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