A raíz de un comentario que hizo el doctor Bosch de IVI Valencia en el simposio de la clínica Tambre en el que estuve en el mes de noviembre, volví a pensar sobre este tema que afecta a tantísimas mujeres y que actualmente es el grueso de los tratamientos de Reproducción Asistida con gametos propios.
Aunque por supuesto hay mujeres jóvenes con graves problemas de fertilidad, la mayoría de las mujeres que están acudiendo actualmente hacer tratamientos son mayores de 32-33 años y eso inevitablemente nos lleva a que la reserva ovárica empiece a estar comprometida.
En ese mismo simposio del que os hablaba antes comentaron que en la primera bajada de fertilidad ocurre:
Tachánnnn…¡a los 27 años!
Si pensamos en las madres de los años 60 y 70 solía tener hijos entre los 20 y los 30 años y quizás alguna de ellas se hubiera encontrado con los mismos problemas con los que tenemos que batallar hoy en día si estuviera esperado a los treinta y tantos para embarazarse.
Hubieran sido bajas respondedoras, como somos hoy en día tantas de nosotras, así es que para mí no es que tengamos un problema de fertilidad, es que la auténtica fertilidad la hemos dejado atrás hace unos años.
¿Qué es ser baja respondedora?
Cuando estás en reproducción asistida básicamente es que hay pocos óvulos preparados en fase antral (cuando empieza un nuevo ciclo) y menos todavía acaban logrando ser maduros para poder ser fecundados.
Como me dijo el ginecólogo con el que estuve haciendo las cuatro FIV que no me condujeron a ningún sitio en la búsqueda de mi segundo hijo, cuando esto ocurre no es un problema de fertilidad es sencillamente algo fisiológico.
Muy duro de aceptar, sí, pero también te puede quitar peso de encima por que como las mujeres somos así, y le damos mil vueltas a todo, también intentaremos encontrarle explicación a nuestros problemas para tener hijos.
Saber que es parte de un proceso fisiológico, puede hacer que tu mente esté preparada para trabajar este camino de otra manera
Hacer nuestra propia cestita con huevos (óvulos)
Vale, nuestros ovarios, empiezan a no dar para mucho más, así es que vamos a trabajar con ellos poquito a poco y en vez de plantear una FIV casi a vida o muerte (perdona el símil) existe la opción de enlazar una serie de estimulaciones, extraer los poquitos óvulos (a veces incluso uno solo) que se consigan y una vez que tengamos entre cinco y diez poder trabajar con ellos en el laboratorio.
© Maya Kruchancova
También te digo que hace falta, aparte de dinero, mucha fuerza mental porque van a ser varios meses sin poder desconectar del tema una vez tras otro. Pero si has conseguido aceptar que de esa manera sí conseguís que salgan óvulos de mejor calidad aunque sean poquitos, lo vas a poder vivir mejor que si estuvieras haciendo una transferencia tras cada una de estas estimulaciones que vais a encadenar.
No es fácil ser baja respondedora en un mundo en el que con treinta y muchos y cuarenta y tantos años estamos estupendas en casi todos los aspectos menos en el reproductivo.
Te sorprendería cuántas mujeres siguen «enganchadas» a este pensamiento y no se ponen manos a la obra: tengo 40 años, me siento fenomenal y ya me ves, estoy estupenda físicamente: todas mis hormonas también, entonces porqué no me quedo embarazada…
Si llevas tiempo en este proceso e intentándolo con tus óvulos, pensarás que cuánta inocencia hay en ese argumento.
Para tener alguna opción de éxito, desecha esa dinámica de pensamiento y ponte con tu especialista a buscar una solución, de verdad, no esperes más.
Probablemente seas baja respondedora, pero al menos y como os digo siempre:
La reproducción asistida será tu aliada
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