Rosa Maestro, mamá sola por elección de dos niñas y fundadora de Masola.org nos cuenta por qué se decidió a tener una hija sola por reproducción asistida con la ayuda de un donante.
Durante todos estos años de maternidad sola elegida he tenido la ocasión de encontrarme con muchas personas que me han preguntado…
¿Y por qué con un donante de esperma? Con lo sencillo que hubiese sido un embarazo en una noche loca de verano.
Siempre les digo: “!No te creas!, que todas las opciones siempre circulan, pasean, meditan por tu cabeza cuando una quiere ser madre y no tiene pareja, o no tiene pareja estable, o la pareja que tiene no es la que quiere para padre de sus hijos”…
Y así fue, todas pasaron por mi mente. La pareja que entonces tenía, o el affaire con el que merodeaba, porque de estable poco tenía, sinceramente podía ser todo menos padre de un hijo… Era incapaz de responsabilizarse de sí mismo como para hacerlo de una paternidad.
Mi amor, aquel por el que entonces vibraba, que no es con quien estaba, chirriaba…, chirriaba en el desamor, en la enfermedad, en la emoción desmedida. Y venía chirriando desde hace mucho tiempo, aunque yo no me quisiese dar cuenta de ello. Pero sí me di cuenta de que jamás lo hubiese querido como padre de mis hijos por lo que ya intuía de él, eso que llaman premoniciones.
Nos quedaba la opción de una noche loca de verano.
- Primero, que en esa loca noche tuviésemos la suerte de acertar. Una tenía ya su edad. Y si no acertaba, ¡anda y ve a buscarlo de nuevo!
- Y segundo, mi ética. No me permitía engañar vilmente a una persona, a un hombre. No me gusta la mentira. Sobre todo si es una mentira consciente.
Además yo no soy quien para obligar a un hombre a ser padre. Siempre pensé que la maternidad/paternidad tiene que ser elegida por dos. Y me diréis, ¿en el caso de un donante solo es elegida por uno? Pues no, es elegida por los dos, mediante un contrato, en el que una decide ser madre y el otro, solamente donante.
Otras muchas se acercan a mí para preguntarme: ¿pero no es muy arriesgado no saber nada de una persona?
A los segundas les digo que siempre tuve claro que las clínicas hacían las pruebas suficientes para conocer o saber quiénes son los donantes… La única información que yo necesitaba saber, porque su vida personal no formaba parte de mi maternidad a solas. Y ahora con el paso del tiempo me he dado cuenta que sé mucho más de mi donante sin conocerle que de muchas personas que me rodean o que han formado parte de mi vida.
Y otras muchas, mujeres, cuando estamos de talleres, conferencias, charlas, me preguntan: ¿Y si es donante tiene alguna enfermedad?, ¿O imagínate que resulta tener un problema psicológico y en la clínica no se han dado cuenta de ello?
¡Ay, la vida es la vida!, y cierto que las clínicas hacen todo tipo de pruebas y descartan multitud de enfermedades… pero no son dioses, y la naturaleza a veces está por encima del hombre, por eso que dicen que el hombre propone y Dios dispone.
Puede ocurrir, como puede ocurrir en un embarazo en pareja, que una enfermedad decida un día dar la cara y darle la vuelta a tu vida. No por eso iba a dejar de ser madre, ni en pareja ni en solitario. Y de los donantes sí sabemos muchas enfermedades que no han tenido ni tienen, y de un affaire o incluso de nuestras parejas, a veces… ¡desconocemos tanto!
En cuanto al tema psicológico… ¡Ay amigas…! aquí la vida me ha dado un gran bofetón. También he tenido claro que las clínicas son capaces de detectar un trastorno en la personalidad de un donante, aunque también se les puede escapar.
¿Qué puede ser genético? Pues si, o no.
¿Pero quién te dice que con quien mantienes relaciones durante años y le eliges como padre de tus hijos no tiene un trastorno? Me vas a decir: he estado el tiempo suficiente como para conocerle bien.
Y ahora voy yo y te digo, que no. Que muchas veces no se conoce nada o no se quiere conocer nada de la persona que se ama, que el amor oculta, y que el amor esconce muchas cosas que no nos gustan.
Y que a veces a nuestras vidas llegan amores, que ahora llaman tóxicos, y que esconcen como mínimo un trastorno, a veces de personalidad, otras de “yo qué sé”… Y nos sorprende darnos cuenta, y mucho, que si ese amor hubiese sido el elegido, quizás… Mi amor de entonces, aquel por el que vibraba, chirriaba.. chirriaba tanto que no lo vi chirriar… con el tiempo, la avería fue a más y un buen día estalló, delante de mis narices, y no me di cuenta, en tantos, en tantos años.
Y los nuestros propios… ni siquiera nosotras mismas podemos garantizar que nuestra salud psicológica sea de diez o de matrícula de honor. No, somos humanos y todos tenemos nuestras cosas, unos más y otros menos… Nuestros hijos también, tendrán sus momentos, y sus historias, y su salud psicológica puede verse resentida…Y es absurdo echar culpas afuera…
Me gustan estas preguntas y mucho más me gusta haber encontrado a lo largo de todo este tiempo no solo mi respuesta sino muchas otras más que te las da la simple perspectiva de haber vivido.
¿Está decidida a ser mamá sola por elección y con reproducción asistida y todavía tienes este tipo de dudas? Compártelas aquí, te escuchamos