¿Quien lo diría, verdad? Un año más aquí. Un año más en el que la infertilidad no te ha dado tregua. Y encima es Navidad.
Llegaste a Reproducción Asistida porque llevabas ya tiempo intentando lograr un embarazo y tu ginecólogo te dijo que era el momento de ir a un especialista.
O bien eres una mujer emparejada con otra mujer o una mujer sin pareja que sencillamente no tenía esa parte masculina imprescindible para poder lograr un embarazo.
Nunca imaginaste que esto podía prolongarse tanto.
Pero aquí estamos una nueva Navidad temiendo las situaciones y sentimientos a los que tendremos que enfrentarnos en estos días.
Quizás desde el mes de noviembre hayas empezado a sentirte disociada de todo lo que está por venir. Me explico: es como si la Navidad, el ambiente de las calles, el arreglarte para ir a las cenas estuvieran dentro de una burbuja que tú contemplas cómo se va acercando.
Sientes un gran vacío en el estómago mientras tu mente imagina todos los escenarios.
Y es que a ti, a mí, a todas, nos fue imposible imaginar que dentro de 12 meses íbamos a estar prácticamente en el mismo punto en el que estábamos el año anterior.
Afortunadamente no se puede saber el futuro, porque en muchos casos sería insoportable saber que faltan dos o tres años y varios reveses para alcanzar nuestros sueños.
La infertilidad en Navidad: el Cuento de Navidad de Charles Dickens
Las Navidades pasadas:
Quizás esos días fueron ya muy duros: llevábais intentandolo mucho tiempo por vuestra cuenta y acabáis de tener vuestro negativo o por el contrario todo era ilusión y esperanza porque siendo soltera o pareja lesbiana ibais camino de vuestro hijo.
Tenías por delante 12 largos meses para lograrlo y si no era a la primera, seguro que sería a la segunda pero lo ibas a conseguir.
Visto con perspectiva y a pesar de la mochila que llevamos detrás nuestro, cuánta inocencia hay en nuestros planteamientos.
Y ojo, no es sólo una película nuestra, ya que la prensa, algunas mujeres famosas, etc, nos lian con sus comentarios, ocultamiento o desinformación.
Las Navidades presentes:
Ahora mismo quizás no sepas ni por dónde empezar con ellas:
- Acudir o no acudir a las cenas familiares con tu cuñada, tu prima o tu suegra que lograron el embarazo a la primera.
- Responder a las preguntas de la gente atrevida o esbozar una sonrisa a lo Monalisa
- Huir y refugiarte en una montaña, lo más lejos posible y con gente que de lo último que habla es de tener hijos… ¡Existen!
Seguro que entiendes que esto no es culpa de ninguno de los que te rodean, pero tampoco hay necesidad de fustigarte con imágenes bellas como un bebé durmiendo, sonidos como la risa de un niño de tres años o cualquier otra situación que a ti particularmente te toque el corazón.
Piensa en ti, en lo que te dice el corazón y la tripa
Está muy bien reconocer que esto es un tema tuyo y que nadie tiene la culpa de tu infertilidad, pero si no puedes con ellos, no te quedes.
Las Navidades futuras
La única manera en la que se puede enfrentar un nuevo año cuando estás en un proceso de reproducción asistida, es con el absoluto convencimiento de que lo vas a conseguir.
Si no, esto no hay Dios que lo aguante
Tienes 12 meses y con suerte varias oportunidades. Busca en ti recursos para encontrar el camino adecuado.
No te conformes.
Pide ayuda si la necesitas.
Busca apoyo si es necesario.
Piensa que el día que ocurra de verdad, es para siempre y que algo tan maravilloso como es tener un hijo…
¿Quién dijo que fuera fácil? (Vale, para algunos sí lo es pero no es nuestro caso)
Te pido por favor que no te imagines a ti misma de otra manera que no sea así de sonriente en las Navidades futuras.
El día que logras tu positivo definitivo y vives parte del embarazo durante estos días, te aseguro que es emocionante. La felicidad estará en ti y esta sonrisa te acompañará 24 h sobre 24.
Si me lees hace tiempo ya sabes que yo no soy de dar falsas esperanzas, lo que sí tengo claro es que esto se puede conseguir.
¿Cómo consigues vivir las Navidades desde que eres consciente de tus problemas de infertilidad y estás en Reproducción Asistida? ¿Puedes contarnos algo que tú hagas y que te vaya bien? Seguro que alguna compañera lo agradecerá.