Cuando rememoro lo vivido durante los cuatro años y medio que enteritos con sus días y sus noches viví buscando a mis tres hijos, con sólo un paréntesis entre una búsqueda y otra de dos años, sigo echándome temblar.

De hecho, casi todas las mujeres que hemos pasado por caminos muy complejos de infertilidad, en cuanto tenemos a nuestros hijos, lo que hacemos es meter la Reproducción Asistida en una cajita, cerrarla con llave y llevarla a lo más profundo del trastero de nuestra conciencia.

Cuando estaba escribiendo Mi maternidad asistida, en la última parte que incluye varios testimonios, yo quería que cada uno de ellos correspondiera a un tratamiento diferente y buscando alguien que hubiera hecho adopción de embriones como yo, recordé a la persona que inició uno de las entradas con más comentario sobre este tema en un foro de infertilidad muy famoso.

Su historia había sido muy complicada, le había costado muchísimo, había llegado a tomar la decisión de renunciar a sus genes; lamentablemente era perfecta para lo que yo necesitaba y cuando la solicité que escribiera su testimonio, su respuesta fue que se sentía incapaz de volver a rememorar todo lo que había vivido, era tan doloroso para ella que no quería que la volviera a afectar.

La entendí muy bien: unos meses antes de fundar Creando una familia, yo también estaba dispuesta a dejar atrás la Reproducción Asistida, aunque como seguía manteniendo mi blog Yendo a por el segundo y lo creé con el fin de que otras mujeres encontraran información detallada sobre tratamientos y especialmente si eran futuras madres sin pareja, iba a continuar escribiendo aunque ya sobre la crianza de mis hijos.

Por fin, ¡por fin! iba a dejar todo esto atrás.

Pero tras una búsqueda sobre mi nuevo rumbo laboral decidí que todo el aprendizaje que había tenido, iba a seguir sirviendo para algo muy bueno: ayudar a otras esos caminos de infertilidad y reproducción asistida.

En el fondo ha sido una catarsis, un seguir conociendo datos de un tema fascinante y que afecta de manera fundamental a toda mi vida.

Siento que tengo la oportunidad de seguir investigando sobre las cosas que yo tanto dudaba mientras me hacía mis tratamientos y ahora van a servir para otras personas.

¿Pero se puede superar de verdad?

Si tú te preguntas si se puede superar emocionalmente todo esto voy a contarte las decisiones que suelen tomar las ex-pacientes:

Carpetazo para siempre: no quieren recordarlo, ni hablarlo y es muy posible que sus hijos tampoco sepan que nacieron por reproducción asistida O por donación de gametos. La herida se ha quedado abierta y me temo que acabe saliendo por algún lado
Se habla con naturalidad si surge: hay personas (muy afortunadas) que vivieron el proceso con más calma que otras y eso les permite verlo como algo que ha sucedido y de lo que se puede hablar sin un gran dolor. Son espontáneas hablando de ello y puede ser de mucha ayuda para personas que no se atreven a compartirlo.
Se continúa en los foros o en las redes sociales: Algunas personas siguen contestando preguntas de nuevas pacientes de fertilidad, muy perdidas en general y con la necesidad de contactar con otras mujeres como ellas. Recuerdan lo duro que fue y es una maravillosa manera de seguir mostrando su solidaridad.
Se recicla la experiencia, en forma de vida: Esto no sólo ocurre en nuestro campo, hay otras muchas profesiones que hacen de la experiencia personal un nuevo camino de búsqueda, ayuda y trabajo como es el caso de la doctora Odile Fernandez y «Mis recetas anti cáncer». En cuanto a la infertilidad, están casos como el mío o el de Carmen Coach y mi querida Marian Cisterna. Fuera de España también encontramos a Motherhood dramas.

En conclusión eres tú la que con tu manera de ir viviendo este proceso y tu actitud al salir de él, conseguirás que esto sea una parte de tu vida que en la mayoría de los casos tiene un final feliz o que quede como una de las épocas más oscuras de ella. Y si tú sola no puedes, como te digo siempre, busca ayuda para el proceso o tras acabar para poder superarlo.

Me gustaría mucho que si ya has sido mamá tras un camino especialmente duro, compartieras con nosotros sinceramente como lo has hecho tú. Y si el artículo te gustado, te agradecería que lo llevaras a tus redes sociales.