“Estoy embarazada y no me siento contenta, ¿qué me pasa?

Si estás aquí es porque tienes un objetivo claro: tener un hijo aun teniendo problemas, aun necesitando Reproducción Asistida.

Pero aunque no lo puedas creer, no es tan extraño que una mujer que ha pasado lo imposible por lograr su embarazo definitivo, una vez llegado este momento no lo viva en esa nube de felicidad en la que todas soñamos estar.

Nos pasan muchas cosas durante el camino a nuestro hijo

Yo quería hablar de ello hace tiempo pero una de vosotras, O., me mandó este mail, le pedí permiso para compartirlo con vosotras y aquí está su relato sobre esta vivencia. Luego os comento yo:

 

Me invade un inmenso vacío. No tengo ganas de nada, ni de hablar con nadie… Tengo la necesidad de distanciarme del mundo, de sumergirme en mis pensamientos, estoy cansada de dar explicaciones.

La gente que me conoce y sabe por lo que he pasado me pregunta “¿Que tal estas? ¿Estarás contenta? ¡Por fin has conseguido tu sueño!...

¿Como les voy a responder que no estoy contenta? Van a pensar que estoy loca!

 

infelicidad

© Radek Sturgolewski

 

No me siento bien, no estoy disfrutando en absoluto de este estado, a pesar de que tenía que ser todo lo contrario.

Por fin he conseguido eso que llevaba tanto tiempo buscando; 3 años, para ser exactos: 9 tratamientos de Reproducción Asistida me ha costado. Tiempo, esfuerzo, dinero y mi salud mental…

Tal vez me imaginé que sería diferente… y mis expectativas no se han cumplido.

Siempre pesé que cuando lo consiguiera se me olvidaría todo lo mal que lo he pasado durante todos estos años y sería la mujer más feliz del mundo. Esto no ha sido así. No me siento feliz. 

Yo siempre he tenido el instinto maternal muy despierto, me han encantado los bebes, siempre me he girado por la calle cuando veía un coche de bebé y me he quedado ratos muertos embobada mirándoles.

No sé qué es lo que ha cambiado, pero desde que estoy embarazada no lo hago. Pienso en los bebes y me siento indiferente hacia ellos.

Este estado me preocupa… ¿por qué me siento así?

Tengo a mi alrededor chicas embarazadas, amigas y no tan amigas que desprenden un halo de felicidad desde el primer momento en que saben que están embarazadas… y que sienten una debilidad por ese futuro bebé que tienen en su vientre, por muy pequeño que éste sea.

Que se emocionan enormemente desde que les escuchan el latido del corazón.

Que sienten una inmensa protección hacia él….

Yo no siento nada.

Me encuentro mal físicamente, estoy agotada y eso que no haga nada. Estoy de baja porque tuve un sangrado en la semana 5 del embarazo, unos días después de enterarme que estaba embarazada.

Estoy todo el día revuelta con las dichosas naúseas… todo me da asco. Me siento mareada, tengo bajones de tensión frecuentemente.

No puedo soportar el dolor que tengo en lo pechos y sobre todo en los pezones, no puedo ponerme el sujetador y tampoco puedo estar sin él… los pinchazos en el vientre son continuos.

Además no puedo descansar nada, ni por el día, ni por la noche… padezco insomnio…

Por no hablar de toda la medicación que tengo que seguir tomando:

  • 6 pastillas al día,
  • 8 óvulos de progesterona vaginales, una inyección intramuscular de progesterona cada 48 horas (¡cómo duelen las jodidas!),
  • Aparte de pincharme yo misma la heparina todos los días…

Para mi el infierno de la Reproducción Asistida aún no ha terminado.

Quiero estar ilusionada, pero la verdad es que tengo pocas ganas o mejor dicho ninguna gana en contarle al mundo que estoy embarazada.

No quiero que me pregunten que si estoy contenta y tener que mentirles… no lo van a entender.

Vivo cada día aterrada con todos los síntomas físicos.

Temo por mi vida, y por la del embrión.

Tengo un embarazo de Riesgo, puesto que después de 8 tratamientos en la Seguridad Social, y al acudir a una clínica privada, me diagnosticaron una trombofilia (Mutación de gen de la Protrombina y mutación del gen MTHFR). Desde ese mismo momento y para continuar con los tratamientos me pusieron heparina.

Me advirtieron de todos los riesgos que existían, pero en la clínica tampoco le dieron mayor importancia, ya que hay un porcentaje de mujeres con esta patología que no han tenido ningún problema durante sus embarazos.

 Para colmo, esta semana, en una revisión de la consulta de hematología, me comenta la Dra. que han aparecido unos valores de la anticardiolipina alterados, y que me van a tener que añadir al tratamiento que ya estoy siguiendo con la heparina, una pastilla de Acido Acetilsalicílico para evitar riesgo de sufrir preclampsia, trombosis o aborto durante el embarazo. ¡No me lo puedo creer!

Me resulta imposible poder disfrutar del embarazo con este jarro de agua fría que me ha caído encima.

Me duró poco la alegría de haber conseguido el positivo, exactamente 8 días, del 11 de agosto (pipitest positivo) al 19 de agosto ( sangrado vaginal).

De ahí en adelante, todo han sido malas noticias, malestares físicos y preocupaciones.

No he escuchado a ninguna otra mujer que se encuentre con este estado de ánimo. No me refiero al malestar y a los síntomas físicos, que sé que muchas chicas los padecen; sino al malestar psicológico. No conozco a nadie que no esté contenta de conseguir un embarazo después de haberlo buscado con tanto ímpetu, y luchando contra viento y marea.

Me siento un poco rara contando esto, pero es lo que siento.

 

Creemos, leemos o nos dicen que a pesar de haberlas pasado como las hemos pasado el día que llega esa beta positiva, queda todo borrado de un plumazo.

 

Lo mismo dicen de la donación óvulos, semen o embriones, que el día que te dicen que por fin estás embarazada se te olvida que las celulitas no son tuyas.

En ambos caso, estoy en desacuerdo.

Recuerdo cuando por fin llegó el embarazo de mis mellizos, que aunque estaba muy feliz, sentía como si tuviera estrés postraumático.

¿Te parece una exageración?

Seguro que a O. y a alguna de vosotras, no.

Aparte de los miedos a perderlo que me acompañaron durante todo el embarazo, pasaban cosas como por ejemplo que si llamaba a mi antigua clínica solamente de oír la música de espera, ya me empezaba a latir el corazón a toda prisa.

Tenía sensaciones que me conectaban con todo el dolor de la búsqueda, presentimientos oscuros, sensaciones de vacío helado…

Así es que me parece perfectamente entendible el estado de O.

Tiene un problema físico que hay que vivirlo para saber lo que es: Las náuseas.

Las náuseas puede quitarte la ilusión por cualquier cosa. Tener ganas de vomitar constantemente, es una sensación insoportable cuando se prolonga en el tiempo.

Incluso aunque estas nauseas del embarazo tengan su vertiente positiva porque significan que está yendo hacia adelante, el desasosiego físico acaba invadiendo a nuestra mente. (Las tuve y no las olvidaré nunca)

Cada una tiene que saber hasta qué punto no desea tomar medicinas para evitarlas. Si tu médico consigue encontrar justamente las que te van bien a ti, te aseguro que tu perspectiva cambiar, no es que se quiten del todo, pero ya puedes vivir perfectamente con ellas.

Cuando dice que el infierno de la Reproducción Asistida aún no ha terminado para ella, yo interpreto que todas las preocupaciones siguen ahí y al contrario de lo que piensan las pacientes que todavía no ha logrado su embarazo y cuya principal preocupación es lograrlo, han aumentado.

Lo que pasa es que esto no lo entiendes hasta que llega la beta positiva: por fin tienes ahí a tu embrioncito enganchado, y lo último que podrías soportar es que le pasara algo. 

Si a ello le añades un sangrado y que sigues súper medicalizada… ¿Cómo vas a dar por finalizado todo el estrés de la búsqueda del embarazo?

Tu cabeza te dirá que sí, que ya estás donde querías estar, pero tu corazón y tu estómago están dados la vuelta y a ver quién los hace entrar en razón.

A O. además ya le han catalogado como embarazo de riesgo y aparentemente han encontrado nuevos valores que podrían complicar estos meses.

En fin, hace falta fortaleza para mantenerse lo mejor posible. No debemos ser demasiado exigentes con nosotras mismas: estamos en un momento transcendental de nuestra vida que nos sensibiliza a todo y cada nuevo problema creemos que va directo a nuestro bebé.

Dependiendo de cuán profundas sean todas estas emociones yo recomendaría buscar ayuda en un profesional tipo psicólogo o terapeuta gestalt.

Y sí, O., no eres la única pero ahora que ya estás embarazada aprenderás que los sentimientos «diferentes» respecto a nuestro embarazo, hijo o maternidad son difíciles de aceptar en nuestra sociedad, máxime si hemos luchado como leonas para conseguir nuestro embarazo.

 

¿Te identificas con O.? ¿No es todo tan ideal como pensabas? Atrévete a compartirlo. La Reproducción Asistida es nuestra aliada, pero a veces, duele…

Acerca del autor

Eva María BernalEva María Bernal Eva María Bernal