Cada vez que oigo o leo esta frase o alguna de sus variantes en algún sitio… ¡¡¡me echo temblar!!!
Es muy probable que un montón de personas estén dispuestas a criticar a la personas que hemos luchado mucho para tener a nuestros hijos.
La mayoría de las veces son personas a las que no les ha costado nada tener hijos o no los tienen y por eso, en mi opinión no saben muy bien lo que significa querer tener hijos y no poder.
Las que estamos en esto, las que nos cuesta no solemos hacernos esta pregunta la principio, más que nada por que no concebimos que si nos van a ayudar a tiene hijos no se pueda conseguir… ¡Y pronto!
Es cuando van pasando los meses, los negativos y el desembolso económico que esto supone cuando nosotras mismas y nuestra parejas empezamos a sentir un poco de miedo ¿Sabes a lo que me refiero, verdad?
Ese incertidumbre que que te insinúa que estás apostando muy fuerte y aun así, puede que no llegue el bebé con el que señamos.
De vuelta con los límites
¡Dios Santo! desde que nacemos hasta que morimos con los mismo: límites, límites, límites…
- Vale, los acepto… pero por que los necesito para no ver el horizonte como un océano demasiado inmenso para cruzar
- Los acepto por que si pienso que voy a estar tres años, que me van a hacer 5 punciones, que voy a tener un aborto o que voy a tener que gastar miles de euros, me volvería loca y prefiero pensar que antes de eso, yo le pondría fin o lo conseguiría antes, seguro (nos decimos)
- Los acepto por que en el fondo se que si llego a ellos y lo necesito voy a ser capaz de saltarlos y de adaptarme al paso siguiente por que hay algo que tengo muy claro.
Quiero tener un hijo
Empiezan las críticas
Sí… de tus amigas, de tu madre, de quien se entera... Pero lo más sorprendente es de otras personas que están donde tú, en Reproducción Asistida pero dicen que no llegarían tan lejos… Pueden ser católicos o gustarles mucho el que todo sea muy natural (a mí también me encanta) o sencillamente personas que no se atreven a dar los pasos que tú has dado y ya sabemos que ese es el perfecto caldo de cultivo para las críticas.
Mi recomendación es que no nos enzarcemos con estas personas que nos lo dicen a la cara o a través de Internet. Ellos lo ven así y no vamos a convencerles al igual que nosotras sabemos que nuestro deseo es lo suficientemente fuerte como para permitir que nos adaptemos y llegar hasta el final.
Yo estuve dispuesta a mucho
Y puedes tener por seguro que nunca lo hubiera pensado. Pero porque pensaba que iba a ser mucho más sencillo. Afortunadamente llegado el momento me atreví a seguir adelante y gracias a eso pude tener Aitana y Martín y te aseguro que la adopción de embriones era un universo muy, muy lejano al mío. No iba a hacerlo pero encontré en mi cabeza aquello que me permitiera dar ese salto.
Te cuento que fue:
Ya al pasar a donación de óvulos significó para mí que iba a poder hablarlo con mi futuro hijo pero como no me sentía preparada para hacerlo en el caso de la donación de embriones, lo negué durante varios años. Llegado el final de mis tratamientos de donación de óvulos encontré los argumentos para hablar con ellos sobre quiénes eran, de dónde venían y porqué los había tenido.
Encontré el camino para poder tener con ellos todas las conversaciones necesarias
Mi recomendación
Llega hasta un punto en el que te sientas cómoda. Nunca fuerces el paso a un tratamiento más complejo si no estás preparada. Las consecuencias de nuestra decisión son para siempre y especialmente si es una salto a donación te insisto en que revises bien cómo te sientes con ello.
Me gustaría que compartieras tu experiencia, si ya sabes hasta donde crees que llegaría o por el contrario si crees que estamos yendo demasiado lejos.
Y si te ha parecido interesante este post, te agradecería que lo compartieras.