Desde pequeños nos inculcan la importancia de trabajar en equipo. Cuando eres adulto, llega la pareja con la que convives a diario y con la que se aprende a decidir, delegar, ayudar, apoyar, discutir, equivocarse y seguir unidos.
Un equipo que en principio se desea para siempre pero sobre el que hay mucho que trabajar en el día día ¿verdad?
Muchas veces, dado que yo hice todos mis tratamientos en solitario, muchas personas me comentan lo duro que debió ser para mí.
Pero les respondo qué difícil me parece gestionar este maremagnum en el que vivimos estos procesos en pareja, ya que sois dos personas con sentimientos, dolores… pero también AMOR.
Ahí es donde vosotros, tenéis vuestro poder. Esa es vuestra fuerza y hay que luchar contra todo lo que venga con firmeza, entendiendo que vais a estar «manipulados» por los efectos secundarios de la Reproducción Asistida.
Que vais a pasar unos meses o unos años en los que vuestra relación va a estar continuamente a prueba.
Tiempo en el que esos efectos secundarios intrínsecos al estrés agudo en el que vamos a vivir (sólo se libran unos pocos) harán cosas como que veas de una manera exagerada las grandes diferencias en la actitud que existe entre uno y otro a la hora de enfrentaros a la infertilidad, de compartirlo con otras personas, de continuar o incluso de plantearos la vida sin hijos.
Recordad que son eso, efectos secundarios, si no estuvierais viviendo esto, seguramente nunca tendríais estas reacciones.
Más que nunca hay que recordar porque se decidió compartir la vida, porque se quiere traer un hijo al mundo y hacer de él parte de vuestro proyecto de familia.
Lamentablemente esto no siempre es así: Suele ser la persona que se está haciendo el tratamiento físicamente la que tomará el mando del proceso y lo que por un lado podría ser bueno porque es quien dirige, por otro le va a traer una responsabilidad que te aseguro acaba pesando.
El otro, bien por no discutir o incluso por comodidad se dejará llevar, pero acabará protestando en algún punto del proceso y es lógico, porque las decisiones, complejidades emocionales y gastos irán a más y ya no será tan fácil delegar.
Se quejan los médicos de que en las consultas en demasiadas ocasiones falta el otro miembro de la pareja o que están allí pero no están, más pendientes de sus teléfonos móviles o de las reuniones que van a tener que del momento presente.
Dan ganas de gritarles…
¡Que es tu futuro!
Ahora, yo me pregunto: ¿Cuántas de estas personas desean de verdad tener un hijo y cuantas de ellas lo están haciendo porque la otra lo desea?
Tener un hijo debe ser un deseo, primero personal y luego de pareja, pero ambos son imprescindibles.
En la vida de pareja sucede demasiadas situaciones inesperadas y aquello que pensabas que nunca iba a ocurrir como una separación por ejemplo, puede acabar llegando y si los niños no vinieron por un deseo pueden verse doblemente afectados…
O imagina que habéis necesitado pasar a donación de óvulos, semen o tus hijos son embriones donados y vuestra relación no acaba bien. Como el hecho de haber nacido por donación no haya sido una decisión CONJUNTA de verdad, pueda pasar de todo…
Cuando estamos teniendo problemas para tener un hijo nadie quiere pensar en el futuro, se trata de conseguirlo, conseguirlo, conseguirlo.
Pero tu pareja y tú tenéis un presente y un futuro por el que luchar y debéis ser capaces de hablar de todo lo que puede pasar sea agradable o no.
Evitar situaciones tan difíciles como a la que se está produciendo actualmente entre Sofía Vergara y su ex pareja por la custodia de unos embriones es básico.
Vuestra pareja y tú sois un equipo
Seamos maduros intentando formar nuestra familia.
Afortunadamente muchas parejas me dicen que la reproducción asistida y sus dificultades han logrado unirles más que nunca y descubrir en el otro a una persona increíble.
¿Ves? ahí sí que me da un poco de envidia, ja, ja.
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