El desorden en casa

Este es un tema peliagudo, al menos para mí:
Nunca he sido una persona muy ordenada, pero al nacer Rodrigo tuve que empezar a organizar mejor la casa, los armarios y al nacer Martín y Aitana, ni os cuento… Empecé a caminar hacia el minimalismo, que como sabía que nunca llegaría, igual me quedaba en un buen término medio…
Os aseguro que no compro nada de ropa, ni juguetes, ni cacharrería infantil y no obstante, los que hay en mi casa casi me comen.
Fantaseo, aunque luego económicamente no me vendría bien, con que ya no me pasen más ropa de niños y comprarles a todos 4 camisetas, tres pantalones y cuatro mudas, pero luego acepto casi todo lo que me pasan por si acaso.
En fin, en cuanto me descuido tengo un rincón hasta arriba de cosas o tengo dos bolsas debajo del lavabo desde hace unos dos meses y no veo el momento de ponerme con ellas. Pero es que no doy para más y como creo que ya estoy dando para mucho, el orden pasa a un quinto lugar.
El problema es que con los tres e incluso cuando estoy a solas con los pequeños, la fuerza no me da para ir ordenando el sitio por el que pasamos, especialmente la cocina…es como una cruz. Además como siguen con su aprendizaje con la comida, en cuanto me decuido los suelos de dos niños, están…
Salón y baños consigo llevarlos más o menos al momento, pero cocina, habitación de Rodrigo y la mesa del salón que es donde actualmente trabajo no tengo capacidad y ya no sé si es física o mental.
Martín y Aitana no los siento especialmente destructores, pero no obstante son como un tsunami por donde pasan. Claro que no sé si prefiero este momento o el posterior intentando que recojan…ja, ja.
Así es que intento entregarme a este lío, me cuesta un montón, pero lo consigo por que hacer un sobreesfuerzo para que la casa esté bien arreglada no va conmigo. Prefiero cerrar la puerta y cuando pueda lo arreglaré o lo hará Dana , la persona que me ayuda con los niños mientras yo trabajo.
Y entonces, cuando creo que ya no puedo más con tanto desorden reviso esta foto en la que la misma habitación un adulto la ve de una manera y un niño de otra e intento consolarme, je, je. Seguro que para ellos no es tan importante y algún día, algún año, todo volverá a su cauce.

caos

Acerca del autor

Eva María BernalEva María Bernal Eva María Bernal