De la Reproducción Asistida al running: superando miedos y retos

En muchas ocasiones cuando cuento mi experiencia en reproducción asistida para tener a mis hijos, las personas que me están escuchando, se maravillan o asustan a partes iguales de todo lo que tuve que superar hasta lograr mi objetivo.

 

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© 2mmedia – Fotolia.com

 

En mi libro Mi maternidad asistida cuento cómo fui superando los problemas que me fui encontrando a lo largo de los años de búsqueda tanto a nivel físico como emocional.

1) Era como una prueba de resistencia:

aunque a veces me asaltaban dudas de si a pesar de intentarlo e intentarlo no lo iba a lograr, en el fondo sabía que en la prueba-error es dónde está el éxito de cualquier proyecto.

2) Dividía el camino por etapas, o sea, por tratamientos:

Aunque acabé haciendo todos los tipos de tratamientos que existen yo nunca los vi como un conjuntoquiero decir que si cuando estaba haciendo las inseminaciones me hubieran dicho que para tener a mis dos segundos hijos llegaría a hace donación de embriones, hubiera dicho que no, que eso era imposible, que antes pararía seguro.

No quería ver más allá e incluso negaba lo que podía venir después.

No quería pensar en ello por que era demasiado doloroso y parecía imposible de superar.

Afortunadamente no sé adivinar el futuro porque si hubiera sabido todo lo que me iba a costar, no hubiera podido empezar, pero una de las grandes enseñanzas que tiene la reproducción asistida es el aprender a vivir el momento presente:

-Vale, sí no dejas de pensar en tu objetivo, tu hijo, que no está aquí todavía.

-Y sí, también vives proyectada en tu ciclo siguiente, tu prueba siguiente, tu tratamiento siguiente…

Pero a pesar de todo esto, tú te encuentras irremediablemente AQUÍ y AHORA, estancada y sin poder avanzar.

Esto que puede parecer malo, te hace que no pienses demasiado en el siguiente tipo de tratamiento al que quizás tengas que llegar.

¡Bastante duro está siendo este!

Y así, poco a poco, conseguí ir aguantando durante ocho años hasta lograr tener mis tres hijos:

  • Luché contra mis miedos, porque lo que tenía claro era que no me iba a dejar paralizar por ellos.
  • También tuve que luchar contra los miedos de los demás por mí. 

Entendía su preocupación, pero sabía que era mi vida y

YO DEBÍA HACER LO QUE TENÍA QUE HACER

 

¿Y qué tiene que ver el Running con todo esto?

En el mes de enero de este año me di cuenta de que llevaba sentada prácticamente quince meses, el tiempo desde que empecé con este proyecto.

En otra de mis vidas fui bailarina, he practicado yoga, senderismo y ocasionalmente he corrido, así es que no podía estar más tiempo sin hacer nada.

Sentí que lo que necesitaba era correr: pero correr es duro, es cansado, hace falta prepararse para evitar lesiones, ¿no?

A cambio, si le coges el gusto, te aporta una sensación de movimiento en tu cuerpo, en «tu carne», de libertad, de llegar a donde quieres, maravillosa.

Hasta que hace unas semanas me sugirieron que probará a hacer mi primera carrera: La carrera de la mujer

Pensé que estaban locos, que cómo iba yo a poder hacer eso, pero ellos pensaban que yo estaba preparada para poder hacerla sin problemas, que tenía la capacidad para aguantarla.

Me planteé hacer parte de la carrera corriendo y la que no pudiera, simplemente andaría.

Me estuve entrenando yo sola, acudía a Internet para informarme, consultaba a runners que conocía en Facebook o Twitter, pero quería ir yo sola a mi ritmo.

Llegó el día de la carrera y he de confesar que sentía miedo: miedo al dolor, al no poder, a agobiarme, a no poder gestionar el ambiente que me rodeaba… ¿te suena?

 

eva en carrera

Poco antes de la salida: 30.000 mujeres en carrera

 

Para los que conozcáis Madrid, un kilómetro después de empezar teníamos que subir la Gran Via corriendo.

Yo había decidido subirla andando, porque era la cuesta más dura de todo el circuito, pero cuando fui acercándome, decidí intentarlo: subiría trotando despacito con pasos cortos y pensando únicamente en llegar hasta el final de ella.

Como en los tratamientos duros, los que no crees poder con ellos por que ya no te quedan fuerzas, ilusiones, dinero, pero dices: venga un poquito más, que al final puede haber recompensa.

Y pude.

¡Y luego vi a tantas mujeres con ilusión por correr, por continuar! Mujeres con ligeras cojeras o en silla de ruedas, con sobrepeso o mayores…

¡Y todas lo intentaban!

La que no podía ir rápido, lo hacía a su ritmo. Algún desconocido nos animaba y si no, entre nosotras, lo hacíamos.

Encontraba paralelismos con nosotras y pensé en cuánto me han enseñado estos años que viví tan dolorosamente.

Ojalá tú también puedas encontrar una razón para lo que estás viviendo y mientras, te animo a correr, como me animaron a mi.

El ejercicio es uno de los pilares para una buena salud física y mental

 

¡y en nuestra situación es indispensable!

¿Estás en reproducción asistida y eres ya runner? ¿O ya lo eras y te ha tocado pasar por este proceso? ¿Sientes que el running te ha ayudado?

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Eva María BernalEva María Bernal Eva María Bernal