Iniciamos una nueva colaboración en el blog con la doctora Rocío Nuñez, embriologa y subdirectora de la clínica Tambre de reproducción asistida.
Hace ya mucho tiempo que sigo su maravilloso blog Diario de un embriólogo. Siempre me llamó la atención por ser el más personal que he encontrado dentro de las webs de clínicas.
Juntas, nos hemos planteado escribir sobre diversos temas dando el punto de vista de cada una dentro del mismo post.
Esperamos que os resulte interesante. Este primero habla sobre la ética en los tratamientos de fertilidad.
Rocío Nuñez
Estar todo el día en el laboratorio, casi a oscuras, sin ver la luz y muchas veces en silencio, concentrada en el trabajo, te predispone a pensar. A veces demasiado. Y es que en ocasiones, las dudas que surgen no son de tipo técnico: qué día será mejor hacer una transferencia de embriones, o como clasificar este embrión que no tengo tan claro. Las dudas que se me presentan son de otra clase. ¿Éticas? Tal vez. Pero cada vez me surgen más preguntas que no tengo muy claro como contestar. Por ejemplo, pienso en esa paciente que con cerca de cincuenta años ha quedado embarazada de gemelos con donación de ovocitos. ¿Estaremos haciendo lo correcto?
Imagen cortesía de Right Word Shows © Freedigitalphotos.net
Cuando, por otra parte, soy absolutamente consciente de que nosotros no debemos de poner los límites, y mucho menos opinar de forma subjetiva sobre el deseo, justificado o no de las parejas. No lo hacen los médicos en la consulta con los pacientes, mucho menos nosotros en el laboratorio. Pero a veces, no puedo evitar pensar ¿dónde está el limite? ¿qué debemos hacer?
Para resolver estas dudas y otras de mayor envergadura tenemos el Comité de Ética Asistencial. Y allí derivamos los casos conflictivos en los que no sabemos muy bien cual es el camino a seguir, y si debemos colaborar en el nacimiento de un niño en determinadas ocasiones. Pero aquí se tratan los casos realmente complicados, donde, un comité de expertos opina y se establece el mejor curso de acción posible.
Sin embargo, en el día a día, todos los embriólogos vemos casos que, al menos, nos da que pensar:
- Parejas que buscan un embarazo para intentar resolver sus problemas personales
- Parejas que quieren un hijo para llenar un vacío de forma equivocada, mujeres que no quieren embarazarse pero están presionadas por el entorno.
- Mujeres que están convencidas de que la donación de ovocitos les proporcionará un hijo genéticamente igual que ellas.
- Mujeres con una edad o capacidad que puede limitar la atención al niño….
Ya sé que nosotros solo vemos gametos y embriones. Pero detrás de esos gametos y embriones están las personas. Las que van a formar una familia, la mujer que dará a luz un hijo o el padre que será responsable del niño que no es genéticamente suyo. Las que son, y las que pueden ser.
Ya sé que nosotros no vamos a cambiar los tratamientos, o vamos a decidir que hará una pareja. Creo que es algo maravilloso el que una mujer consiga un embarazo cuando ha estado tanto tiempo intentándolo sin éxito. Pero también creo que debemos en ocasiones pensar si esta es nuestra única meta.
Eva María Bernal
Como madre soltera por elección que necesitó donación de semen y donación de embriones para tener a tes hijos me he tenido que saltar muchos preceptos que para bastantes personas son inamovibles.
Mis hijos no van a tener un padre y tampoco van a poder conocer sus orígenes genéticos, solo por eso, para muchas personas aquí habría ya un gran debate ético…
Antes de dar el gran paso que inicié en el año 2004, por supuesto que estuve haciéndome mil y una preguntas. Creo que conseguí responderme a todas o al menos a las que se me ocurrieron que podrían ir surgiendo, aunque como digo siempre, luego llegan los niños y ya veremos. Siempre tienen una pregunta sorprendente que puede desarmarte.
Cuando vamos avanzando en la reproducción asistida las cuestiones éticas son cada vez más complejas, pero incluso desde el comienzo, ya pueden plantearse grandes dilemas:
- manipulación genética,
- organización de los ciclos mentruales,
- donantes anónimos,
- mujeres con menopausia a las que se vuelve a hacer fértiles,
- transferencias de dos o tres embriones,
- reducciones tras conseguir un embarazo…
Y por supuesto luego están las diferentes razones por las que queremos llegar a ser madres y padres: cuestiones que probablemente las personas que no estén en reproducción asistida ni se plantean, pero aquí, al encontrarnos con los médicos y las clínicas, no es lo mismo…
Como pacientes, tenemos en ellos a una especie de espectadores de nuestra vivencia y creo que ello conlleva irremediablemente una implicación ética, personal y emocional por su parte, ya que estamos hablando de dar vida y son ellos los que nos ayudan a conseguirlo.
Ellos pueden ver más racionalmente las múltiples situaciones con las que llegamos los pacientes a ellos y estoy segura que a nosotras como pacientes nos sorprendería, lo variopinto que pueden llegar a ser nuestros planteamientos.
Por eso, cuando me enteré que en algunas clínicas estaban comenzando los comité de ética no pude por menos que alegrarme. Las personas que están allí son expertos en su campo y pueden ayudar a mantener un poco el equilibrio dentro de la reproducción asistida, un mundo con un desarrollo imparable.
Este artículo está también publicado en el blog de la clínica Tambre.
¿Cómo ves tu este tema? ¿Crees que hay un control sobre lo que estamos haciendo o que ya estamos corriendo el riesgo de que se nos vaya de las manos?