Una historia de infertilidad – El testimonio de Lolo

Hace unas semanas, recibí un mail que me impacto. Tenía algo especial: contaba una historia clásica de infertilidad, pero a la vez transmitía sus sentimientos de una manera que conectabas con ella y te identificabas.

 

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Una historia de infertilidad – El testimonio de Lolo

 

Rápidamente la contesté, al igual que intento hacer siempre con todos los mails que me enviáis (si alguna vez ves que no te contesto, por favor insiste)

Lolo, mi invitada de hoy, me escribía desde Argentina, un país en el que la reproducción asistida es un tema candente.

En su correo de vuelta me contó su historia con la infertilidad y yo le pedí que me permitiera compartirla; tiene tanto de muchas de nosotras…

Lolo

 

Un historia de infertilidad - El testimonio de Lolo Quiero contarte una parte de mi historia, que como tantas otras tiene algunos reveses irónicos, otros increíbles y hasta ridículos… tan particular como cualquier otra, pero que es para mí una bomba que me estalló en la cara, un día que me di cuenta que tenía 39 años…

Yo venía atravesando una larga temporada en la más absoluta soledad, tristeza y depresión tras perder dos trabajos consecutivos con carpeta psiquiátrica por stress, ataques de pánico, anorexia nerviosa y hasta stress post-traumático por abuso laboral.

Siempre me pareció un conflicto para mí la idea de tener hijos y trabajar a la vez por que siempre pensé que el día que llegaran sería incapaz de irme a trabajar y dejarlos…

Me dispuse a buscar el hijo, pensé: ¡ya es suficiente!:

Fue una búsqueda infructuosa y ahí entramos en el mundo de la infertilidad. Era mediados de 2011.

Mi alma destrozada y mi corazón roto, pero no tanto por mí, que de tanto perder (un embarazo anterior…dos sobrinos muy pero muy queridos…a mi suegro… y sin que suene a chiste negro hasta a mi perro perdí -pequeño consuelo de NO HIJOS)… estaba triste por mi marido con quien va a hacer 20 años que estamos juntos y me pide hijos desde sus 35 (hoy tiene 45)…

Enterarme que iba a ser muy difícil tener nuestro hijo me hizo sentir que no le podría dar lo que él tanto quería y se merecía.

Por mi parte ya había armado una gran coraza con el escudo que decía bien grande: no quiero tener hijos todavía, no me siento preparada, aún no compramos la casa; todas realidades, pero nunca tuve en cuenta que el tiempo pasaba.

¡Confiaba tanto en mi edad espiritual que llegué a olvidarme de mi edad cronológica!

Y sí: de pronto un día, a los golpes me «enteré» que tenía 37 ¡sííí! muy cerquita de los 40. ¡increible!! ¡oh, oh!

Entendí que mi envase tiene vencimiento, que la infertilidad acechaba y empezamos a buscar los hijos, sin la menor idea de que yo no los podría tener naturalmente… nos hicimos una veintena de análisis que llevaron a dos conclusiones:

Diagnóstico: hidrosalpinx bilateral

La cura: extirpar las trompas para poder hacer una FIV… (y para entonces ya llegué a los 39)

Desandando el camino, descubrimos con los doctores que la ironía del destino me hizo víctima de mi propio temor: quedar embarazada.

Era tal el terror que tenía de quedar embarazada que usé DIU desde los 18 años, en cuanto formalicé la relación con mi actual esposo:

Deseaba tanto, pero tanto tener hijos que vendrían en un momento planificado, una vez que nuestra vida estuviera perfecta para que llegaran al hogar propio de una pareja de profesionales que pudieran darles lo mejor.

Como sabrás Argentina es un país un tanto complicado ya que en forma cíclica su economía deviene en caos y tira abajo cualquier proyecto familiar…

Esa postergación no era más que una forma de proteger a esos niños tan ansiados para que «llegaran en el momento adecuado»

1ª lección: Ese momento no existe.

2ª lección: Todo lo que necesita un hijo es el amor de sus padres.

Lo económico es coyuntural:

Tarde pero aprendí: no me resignaba a que mis niños no tuvieran su propio cuarto ¡y claro! quien podría quitarme la ilusión de armar ese cuarto, pintar ponerles su cunita, su espacio!!!

Error: hay lo que hay, no nos volveremos ricos del día a la noche.

La cuestión es que mi segundo DIU se me salió, ¡sí! y tuvieron que retirar la parte que quedaba en mi interior de urgencia. (Aparentemente tuve una infección asintomática que generó mi hidrosalpinx) Es así que ya sin el DIU en 1999 quedé embarazada: y renegué muchísimo porque «no era el momento»… ¡¡¡cuidado con lo que deseas!!!!

En la primer ecografía un médico me dijo sin más: No hay latido.

Ignorante de mí que le contesté ¿vuelvo otro día?» a lo que el ecografista sin rodeos me dijo: no señora, no hay latido, está muerto, vaya a un médico urgente.

Durante un par de años no quise saber nada de niños, ni bebés, ni nada, me enojé, ¡me sacaban de quicio! y mi cabeza pasó:

  • de la culpa por desear,
  • a la culpa por no desear…
  • A dejar de desear por las dudas…no fuera a perderlo

 

Un historia de infertilidad - El testimonio de LoloImagen cortesía de Theeradech Sanin© Freedigitalphotos.net

Traté de sacar al deseo de mi subconsciente al consciente para hacerlo real: como no podía y ya estaba «jodida» con este tema, me aferré al deseo de mi marido para acercarme al mío propio, porque ya no había más tiempo que perder.

Aprendiendo a esperar:
  • primero a esperar a que llegara el 07/12/2012 para que me quitaran las trompas…
  • a esperar al 04/03/2012 para mi primer FIV interrumpida la estimulación por baja respuesta,
  • a esperar mes tras mes (desde el 14/03/2013 hasta el 29/07/2013)a que mejorara mi estado, ya que el médico intentó «levantarme» con 3 pastillas de Dhea todos los días en ese período.

Tengo que decir que estuve haciéndome ilusiones cada mes que pasaba con que ya me podía hacer una nueva FIV , pero no…

El médico me decía: un mes más,un mes más.

Le rogué que empezáramos ya que mi hormona Antimulleriana estaba en 0.08 y yo tenía miedo a que bajara, pero seguía diciendo que no.

Finalmente llegó el momento de ver si por fin lo hacíamos ¿y que pasó?

El stress había hecho estragos en mi y la Antimulleriana dió… <0.02
¡Quería matar a ese médico! Sentí furia total

Cuando el médico comprobó este resultado me dijo: Bueno, venga el próximo ciclo y vemos si hacemos la FIV

¿¿¿QUEEEE???

 

Cuando pedí que me recetara la medicina necesaria contestó: ¿para qué? si ni siquiera sabemos si te la vamos a hacer…

De más está decir que pasé 9 meses llorando y no quería ir a ese lugar pero mi marido me consolaba y decía:  es la única opción que tenemos.

Gracias a Dios se instrumentó la Ley de Fertilidad y mi obra social firmó convenio con una clínica especializada privada… Llegó el ansiadísimo 04/11/2013 y nuestra cita se convirtió en el rayo de esperanza. Recibimos un trato cordial, amable, me dejaron hacer preguntas, hemos charlado y por fin

¡ARMAMOS UN EQUIPO!

 

En esta batalla somos todos parte del mismo equipo y si no hay contención y diálogo: de pareja, con la familia, con los amigos, con los médicos, no podemos luchar.

Este camino de infertilidad aún no llegó a la meta, pero te aseguro Eva, querida que cada cosa me ha traído hasta aquí, y me acerca más a mi deseo. Santiago y Serena hoy son dos estrellas en el Universo, nos estamos buscando.

Creo firmemente que no son los padres quienes buscan a los hijos, sino que son los hijos quienes buscan a sus padres. El cosmos conspira, Dios ayuda, y el libre albedrío nos da la posibilidad de elegir.

Hoy elijo que este camino es el correcto, que por más miedos, dudas o carencias que tenga, creo que seré una buena madre.

Yo encontré mi respuesta: ¿y por qué no a mí?:

La gran pregunta que nos hacemos cuando esto pasa es ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

  • Me toca a mi porque tengo la fuerza para soportar lo que se venga.
  • Porque soy terca como una mula y si quiero algo, no lo resigno así no más.
  • Porque tengo que aprender a esperar.
  • Porque debo aprender a que no controlo todo.
  • Porque tengo mucho amor para dar, tanto que mis hijos serán absolutamente especiales, tanto como su origen.

Dios bendiga a quienes quieren dar vida, porque nunca más estarán solos.

Con el más absoluto cariño, va este grito desesperado por haber padecido en silencio tanto dolor, que espera recibir una voz… esa voz dulce que un día nos mostró luz en tanta oscuridad, la voz de nuestra nueva amiga que es Eva María Bernal

Hoy, ya con toda la fuerza y sin miedos, estamos resueltos a luchar por que tenemos equipo (y tú estás entre ellos)

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Bueno, ¿qué te ha parecido? ¿A que Lolo lo tiene un poco de ti, otro poco de ti, y otro poco de mi? Te invito a que en los comentarios compartas lo que te ha tocado de esta historia de infertilidad.

Y también quiero invitarte a que compartas con los lectores de Creando una familia tu propia historia. Por favor escríbeme desde el formulario de contacto y lo hablamos. ¡Gracias!

Acerca del autor

Eva María BernalEva María Bernal Eva María Bernal