Mi maternidad asistida: 4 FIV y 3 donaciones de óvulos ¿Quién da más?

Tercer capítulo del camino que me tocó vivir hasta encontrar a  mis hijos. Te puedo asegurar que así acabé viviéndolo: como si ellos estuvieran en un sitio, como si ya fueran alguien real al cual yo podía llegar o no (de ahí lo encontrar el camino a ellos) pero que era cuestión mía alcanzarles. Ellos simplemente estaban esperando…

Espera, espera que eso es para el siguiente video post. En el de hoy… todo son lágrimas, lo siento.

En lo más profundo del abismo más profundo.

Si antes quieres ver las dos primeras parte de esta serie, haz click en el título:

Mi maternidad asistida: Toma de decisión y 5 inseminaciones

Mi maternidad asistida: La FIV que trajo a mi hijo y qué planeé después

 

 

Tres años. Es que se dice pronto.

Llenos de semanas, de meses, de veranos y de Navidades.

De domingos por la tarde, de incertidumbres y esperanzas.

Y no creo que sea victimismo o regodeo en ese periodo oscuro de mi vida porque paralelo a él existía Rodrigo que iba creciendo y era maravilloso. Existían los grupos de crianza, la lactancia, el dormir junto a él, viajar juntos, sentirme inmensamente afortunada y  como ya me avisaron antes de tenerle sentir que era un milagro.

Me resultaba increíble que estuviera en la tierra, así de sencillo. Verás que el día que tengas a tu hijo nacido gracias a la Reproducción Asistida entenderás ese sentimiento, es muy curioso… e inquietante.

 

1º año

Me hice cuatro intentos de FIV: medicándome muchísimo conseguí un embrión en el primer tratamiento. Dos embriones en el segundo tratamiento: Inocentemente no transferí los dos pensando que podía quedarme embarazada de ambos y uno se acabó perdiendo en su camino a blastocisto. Tras dejar pasar el verano en el que cumplí 41 años,  fuimos a por el tercer intento y ahí ¡oh, sorpresa! no produje ni un solo óvulo. Aquello era un campo yermo, qué imagen tan desoladora.

Decidimos que ya que mi cuerpo parecía empezar a dar señales de agotamiento, nos conformaríamos con obtener uno o dos óvulos por punción e intentaríamos recolectar unos cuantos para poder trabajar con ellos.

Llegó esa cuarta FIV y cuando al despertar de la punción y decirme que todos los folículos estaban vacíos o eran inmaduros me dije por fin ya tranquilamente y en paz: hasta aquí hemos llegado.

Siempre digo que vi la luz :)

 

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 Imagen cortesía de Aduldej © Freedigitalphotos.net

 

2º año

Muy confiadamente paso a donación de óvulos. Había renunciado a mis genes. Los donantes eran jóvenes y sanos, ¿no? El embarazo estaba asegurado.

Nadie me lo dijo, por supuesto. Los porcentajes en donación son altísimos pero todavía muy lejos del 100%, pero era lo que yo quería creer.

El primer negativo fue una bofetada en toda regla.

Siguiente fue un vitrificado que no sobrevive.

Hacemos una segunda donación de óvulos de la que consigo sacar varios negativos y un ectópico con estallido de trompas. ¡Hala, to pa ti!

 

3º año

Con el único embrión que quedaba decido cambiarme dentro de la misma clínica, pero a otra ciudad. Trasladamos el embrión y consigo embarazo a la primera, pero acaba en aborto. Tras recuperarme recibo una tercera donación de óvulos. Sigo transfiriéndome los embriones de uno en uno y los negativos vuelven a sucederse hasta que cuando quedan sólo dos decido ponerme los juntos y tengo un embarazo bioquímico.  En fin, el tercer aborto buscando el segundo hijo.

Como siempre digo, considero que fue gracias a que hice terapia durante estos tres años que pude ir superando todos los obstáculos que me encontré. Y por supuesto mis amigas, mi familia, las personas que conocía por Internet, muchas personas me ayudaron durante este tiempo.

Sólo queda un video post para que te cuente cómo se acabó resolviendo esta historia.

¡Encontré el camino!

 

 

Si te ha gustado este tercer video post sobre mi experiencia-odisea en reproducción asistida, me encantaría que lo compartieras en tus redes sociales y si deseas adquirir el libro en el que te lo explico todo de manera más detallada, puedes hacerlo desde AQUÍ

Acerca del autor

Eva María BernalEva María Bernal Eva María Bernal