La ovodonación o donación de óvulos es habitualmente el penúltimo escalafón de los tratamientos.

La evolución natural una vez en tratamiento sería:

• Inseminación artificial
• Fecundación invitro o ICSI
• Donación de óvulos
• Donación de embriones

Este es el que seguí yo y por cuestiones de complejidad física, emocional o legal es del que se suele hablar, pero en ocasiones alguien con poco dinero, prisas o con las hormonas un poco tocadas, pasa directamente a FIV. También una mujer joven, pero con menopausia precoz debe ir a donación de óvulos sin probar los tratamientos más sencillos.

Os voy a explicar este tratamiento que puede parecer un poco complejo, pero que quita por fin de ti, la digámosle, «responsabilidad» de generar preciosos óvulos capaces de dar lugar al embrión ideal.

Os resumo el proceso:

• Se busca a una donante lo más parecida a ti.
• Te sueles pinchar alguna medicina para dormir tus ovarios y que no tengas ciclo normal tras la próxima regla
• Se sincronizan las menstruaciones de la donante y la tuya
• Ella hace un proceso clásico de FIV, mientras tú engrosas el endometrio con estradiol.
• Se fecundan y hacen crecer los embriones en el laboratorio y se te transfieren.
• Betaespera normal (ejem, ejem, una betaespera nunca es normal)

Es en la parte emocional donde la donación de óvulos deja ver toda su complejidad: Tanto en el antes de empezar como en el resultado.

Un primer negativo de ovodonación es muy duro, pues una vez renunciado a nuestros genes, cuesta aceptar que ni así logramos el embarazo.

A cambio los porcentajes de positivos al primer intento superan en mucho los de cualquier otro tratamiento.

Una última sugerencia, si me permitís:

En la primera transfer de ovo cuando el único problema aparente haya sido una FSH alta, mucha atención con transferir dos embriones si no se desea un embarazo múltiple. 

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